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Objetivos de la mediación familiar

Autor: Marco Martín González


Los objetivos de la mediación familiar están dirigidos a crear un nuevo marco en el que los conflictos puedan ser manejados y neutralizados devolviendo el máximo sentido de responsabilidad a las partes implicadas. Carlos Aurelio Caldito Aunión Secretario de Organización de la Federación de Asociaciones por la Custodia Compartida

Se trata, pues, de que la pareja negocie sus conflictos y encuentre una solución desde un clima de responsabilidad que satisfaga a todos los partícipes de la disputa, incluidos los hijos, cuyos acuerdos, negociados y tomados por la partes de un modo voluntario en la mediación, propician una mayor perdurabilidad en el tiempo y un mayor grado de cumplimiento de los acuerdos adoptados por los cónyuges en relación con su nueva vida familiar.

Igualmente, consiste en buscar la protección global y adecuada de los hijos menores que involuntariamente se ven envueltos en la ruptura y afectados de modo más o menos intenso por sus consecuencias, y esto se logra reconduciendo la comunicación para lograr acuerdos y establecer un convenio regulador consensuado; Pretendiéndose con este procedimiento una continuidad en la relación de la pareja en calidad de progenitores de sus hijos con una mayor presencia de ambos en la vida de estos, incidiendo positivamente en la formación y bienestar de los menores siempre ajenos a la crisis y ruptura de la relación de sus padres, todo ello teniendo en cuenta que la vida familiar no se extingue con la separación o divorcio, tan solo evoluciona originando unas nuevas pautas o principios a los que hay que adecuarse en la nueva situación.

En definitiva, podemos enumerar, aunque lógicamente no de forma taxativa, los objetivos que se buscan con la mediación familiar en:

- La evitación de enfrentamientos inútiles entre la pareja.
- Disminución los procedimientos contenciosos como forma legal de resolver la separación o el divorcio.
- La mayor perdurabilidad en el tiempo y un mayor grado de cumplimiento de los acuerdos adoptados por los cónyuges en relación con su nueva vida familiar.
- La continuidad en la relación de la pareja en calidad de progenitores de sus hijos con una mayor presencia de ambos en la vida de estos.
- Disminución de los costes del trámite legal.
- Disminución en la duración del procedimiento y la evitación del enfrentamiento legal.
- Evitación de las reacciones violentas después de la separación o divorcio.
- Aumento de la participación de todos los miembros del núcleo familiar en el proceso de negociación.
- Aumento de la responsabilidad del padre y de la madre en el cuidado de los hijos.
- Aumento de la cooperación entre padres e hijos.

Podemos por último y de un modo muy clarificador justificar esta “nueva” figura de la mediación familiar para evitar que las rupturas matrimoniales se conviertan, en los procedimientos contenciosos, en batallas en las que emociones e intereses enfrentados cieguen a los miembros de la pareja que no consiguen llegar a acuerdos de separación aceptables para ambos, ni beneficiosos para sus hijos.

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