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Fases en el proceso de mediación familiar

Autor: Marco Martín González


1. Comunicación

El discurso de apertura es un "acto comunicacional humano". Por lo tanto en él se encuentran involucrados por lo menos dos seres humanos que interactúan a través de los tres elementos de toda comunicación humana, es decir a través de los componentes digitales, componentes analógicos y componentes contextuales. El acto de la comunicación es un todo, en el cual se articulan estos componentes. Desde nuestro lugar de observadores, en cualquier tipo de comunicación, podremos construir la congruencia o incongruencia entre los componentes de la misma.

Los primeros "comunicólogos" hablaron de comunicación digital, comunicación analógica y comunicación contextual. En esta forma describieron a esto, que hoy llamamos componentes, como tipos de comunicación. Probablemente lo hicieron porque no tenían aún una visión totalmente sistémica; porque quisieron facilitar la comprensión, es decir hacerlo didácticamente comprensible; o por ambas razones.
Debemos recordar que toda la comunicación humana:

- Se da entre dos o más seres humanos, quienes interactúan a través de los componentes digitales, los componentes analógicos de la comunicación, y en un contexto.
- De modo tal que si modificamos cualquiera de estos elementos varía la comunicación.
La comunicación es un saber. El ser humano la adquiere en la práctica del vivir con otros seres humanos. Es uno de los dominios del saber en el cual el grupo o la red a que se pertenezca va a tener una influencia fundamental.
Nos comunicamos como nos comunicamos en virtud de los aprendizajes, fundamentalmente asistemáticos, en los cuales hemos estado comprometidos.


2. Principios de la mediación familiar

1-. Voluntariedad y rogación de las partes en conflicto, en el sentido de que el procedimiento sólo podrá iniciarse a instancia de todas las partes en conflicto, pudiendo éstas apartarse o desistir en cualquier fase del procedimiento ya iniciado, siempre que no hubieran suscrito acuerdo alguno sobre los conflictos objeto de la mediación.

2-. Flexibilidad y antiformalismo, en el sentido de que la mediación familiar se ha de desarrollar sin sujeción a procedimiento reglado alguno, a excepción de los mínimos requisitos establecidos en la presente Ley.

3-. Inmediatez y carácter personalísimo, en el sentido de que todos los participantes, incluido el mediador familiar, han de asistir personalmente a todas las sesiones, sin que puedan valerse de representantes o intermediarios.

4-. Confidencialidad y secreto profesional, en el sentido de que el mediador familiar actuante no podrá desvelar ningún dato, hecho o documento del que conozca relativo al objeto de la mediación, ni aun después, cuando finalice la misma.

5-. Imparcialidad y neutralidad del mediador familiar actuante, en el sentido de que éste debe garantizar el respeto de los puntos de vista de las partes en conflicto, preservando su igualdad en la negociación, absteniéndose de promover actuaciones que comprometan su necesaria neutralidad o la vulneración de derechos o intereses superiores, principalmente relativos a los menores.

6-. Reserva de las partes, en el sentido de que igualmente éstas se obligan a guardar reserva de los datos, hechos o documentos de los que hayan tenido conocimiento en el curso de la mediación.


3. Reglas específicas

Se entiende por reglas a normas de conducta establecidas, que los participantes se comprometen a cumplir.

Éstas deben ser explícitamente mencionadas en el discurso de apertura.

En mediación, cualquiera sea la escuela o modelo de mediación hay dos reglas específicas:

1) no agresión

2) hablar uno por vez (hablar por turnos)

4. Procedimiento

Todas las personas que van a participar necesitan tener un conocimiento pleno de los distintos pasos instancias, que pueden tener lugar, en este apartado vamos a recoger una vista general del procedimiento que se verán desarrollados en los puntos siguientes.

Las instancias que se enumeran a continuación se encuentran en casi todos los procesos de mediación.

A.- Pre-mediación
El proceso de la mediación comienza con los primeros contactos, que puede ser:

- Que ambas partes han hablado y acordado la necesidad de recurrir a una mediación que les ayude a desbloquear la situación. Esta es la situación ideal, partimos de un acuerdo gestado por las partes y del reconocimiento de bloqueo de la situación.

- Que sean derivados de un profesional o de otros servicios. En este caso es importante valorar qué expectativas tienen las partes, qué conocen sobre la mediación o qué se les ha explicado.

- Que una de las partes de "motu propio" acude a solicitar ayuda, y las otras partes no saben nada. El mediador podrá ponerse en contacto con las otras partes implicadas y ofrecer el servicio. En este caso, es presumible que los otros protagonistas del conflicto se muestren inicialmente reticentes.

Estos primeros contactos son fundamentales para el desarrollo del resto de la mediación, dado que errores en esta primera etapa pueden llevar a que ésta nunca llegue a realizarse,

B.- Reunión conjunta inicial
Los diferentes modelos de mediación suelen iniciar la mediación propiamente dicha con una reunión conjunta, este es el momento adecuado para que el mediador dé el discurso de apertura y se firme el convenio de confidencialidad.
En el modelo tradicional los participantes exponen en este momento el problema. Después de la exposición de cada participante, el mediador hace un resumen en el cual o reformula lo dicho por el participante.

En el nuevo modelo circular-narrativo se cambia el orden, es decir se da el discurso de apertura en un primer momento seguido de la firma del convenio de confidencialidad para pasar en último lugar a preguntar a los participantes quién quiere comenzar con las reuniones individuales. En este modelo la reunión inicial conjunta es muy breve aunque sin embargo es un excelente momento para que los mediadores atiendan a las pautas de interacción que se dan entre los participantes y entre éstos y el mediador.

Este nuevo formato se ha establecido para que cada parte pueda contar su historia o la forma cómo ve la situación, sin estar mediatizado por la narrativa del otro.

C.- Reuniones individuales
Hay que anticipar en este momento que no todos los modelos de mediación tienen la misma postura acerca de la conveniencia de realizarlas, a modo de ejemplo Haynes, sostiene que la lleva a cabo sólo en los casos en los que sea estrictamente necesario, en tanto que, como hemos visto, el modelo circular-narrativo las considera muy útiles para dificultar la colonización por parte de los mediadores y de los otros participantes.

En el discurso de apertura debe quedar establecido si se realizarán este tipo de reuniones.

Es necesario que se explicite que lo hablado en las mismas será absolutamente confidencial y que sólo se trasmitirá a los otros participantes aquello sobre lo que acuerden expresamente trasmitir.

Algunos mediadores realizan prácticamente toda la mediación en reuniones individuales, y es el mediador quien lleva y trae la información entre los participantes. Se las denomina mediaciones puente. Este modelo es particularmente útil en los casos en los que ha habido episodios de violencia o cuando la relación entre las partes es muy negativa.

D.- Reuniones conjuntas
Si bien como he explicado anteriormente no todos los modelos de mediación ven con buenos ojos la necesidad de las reuniones individuales, en todos los modelos hay momentos en los cuales las reuniones conjuntas se llevan a cabo (para algunos mediadores son el tipo de reunión preferida y realizan todo el proceso de mediación en reuniones conjuntas).

Estos son:

- Para la generación de opciones
- Para la firma del acuerdo

Aunque la forma de realizarlas y las técnicas utilizadas difieren en virtud de los modelos.

Los participantes deben ser informados acerca de la realización de este tipo de reuniones en el discurso de apertura.

E.- Seguimiento
Una vez terminada la mediación, tanto en los casos con acuerdo como en aquellos en los cuales no se ha llegado al mismo, es conveniente establecer pautas de seguimiento.

Los seguimientos podrán también efectivizarse mediante visitas personales y por términos mayores (por ejemplo una vez por año durante un período de cinco años).

En los casos en los que no se llegue a un acuerdo esta pauta de seguimiento puede ser establecida por escrito o en forma verbal.
Este es el primer paso para que cada mediador pueda transformarse en un investigador, lo cual le permitirá optimizar los resultados, tanto de su centro como de la mediación en general al compartir esta información.

Este convenio de seguimiento debe ser establecido en el discurso de apertura.


5. Encuadre

Este encuadre significa establecer el conjunto de normas que regirá las distintas reuniones del proceso de mediación:

- Presentación personal.
- Explicar brevemente el proceso. En qué va a consistir (fases)
- Establecer las normas básicas. Cada parte podrá contar su historia sin interrupciones (Se pueden añadir otras normas que se consideren importantes).
- Clarificar el rol de los mediadores. Los mediadores no juzgan ni toman decisiones. El acuerdo sale de las partes. Los mediadores ayudan a mejorar la comunicación, a transformar la relación y a buscar puntos de acuerdo.
- Recordar la importancia de la confidencialidad del proceso.
- El coste económico de la mediación. Debe especificarse:
- Cómo se abonará.
- Cuánto se abonará.
- Quién o quiénes lo abonaran.
- Proporción en que será abonada. Lo usual es que sea por partes iguales.
- Cuándo se abonará.
- Si se cobrará algún adicional por la confección del acuerdo y a cuanto asciende.

- El tiempo y espacio de la mediación.

A.- Con respecto al tiempo en el ámbito de la mediación debemos referirnos a:

a-. Tiempo del proceso.
Cada proceso es una complejidad por lo cual hay muchos factores que pueden influir en la duración del mismo, es imposible indicar el número de reuniones que puede llevar la mediación que están realizando.

Si el mediador indicara desde un principio el tiempo que durará el proceso no se llegase a un acuerdo en el término establecido, el mediador perderá credibilidad y confianza, elementos, éstos, que son esenciales para el buen desarrollo de la mediación.

Sí puede el mediador indicar con datos estadísticos cual es el promedio de duración de mediaciones en casos similiares al que nos ocupa.

b.- Tiempo del encuentro.
En este punto es el mediador es el que decide cual es el tiempo óptimo para trabajar, aunque lo usual es que se trabaje por períodos de dos o tres horas de duración.

El tiempo que va a durar cada encuentro debe ser establecido de antemano, en el discurso de apertura.

c.- Tiempo de cada reunión.
Es muy importante establecer cuánto va a durar una reunión individual con una de las partes, para avisarle a la otra parte cuánto deberá esperar, asegurándole que tendrán el mismo tiempo de reunión con ellas.

B.- Con respecto al espacio nos referimos al lugar o lugares en los cuales se llevará a cabo la mediación un espacio relajado en el que se puedan sentir bien las dos partes. Un espacio libre de poder, que sea informal y cómodo, sin interrupciones y con un mínimo de tranquilidad.


6. Cuéntame

En esta fase cada parte expone su visión del conflicto tal y como lo ha vivido. Es una fase de libertad. La importancia de esta fase es la oportunidad que ambas partes tienen de escuchar ininterrumpidamente la historia desde otro punto de vista. (Recordemos en este punto que el modelo circular narrativo no sigue este esquema)

Para la parte que escucha puede resultar complicado escuchar sin matizar o añadir algunos elementos, debemos insistir en que tendrán su espacio.
En esta fase normalmente priman las emociones sobre la racionalidad y salen muchos contextos de conflicto. En ocasiones lo que se expresa como un problema es simplemente la expresión de una mala relación.

Es necesario en este punto explorar con preguntas y parafraseo (herramienta principal de la mediadora en esa fase) para poder ver cuál es el verdadero problema y no el detalle. Es importante escuchar e invitar y animar a que cuenten más, a que se desahoguen, sin embargo no se debe dar la sensación de estar interrogando a las partes, sino formular las preguntas de forma empática evitando el "¿porqué?" directo con expresiones como "cuenta más acerca de eso" o "qué más crees que hay detrás de eso".

Es necesario acceder a las causas del conflicto para poder resolverlo en profundidad y no cerrarlo en falso.

Cuando ya se han expresado las emociones y se ha transmitido información suficiente y se comienza una nueva relación, se pasa a la fase siguiente.


7. Qué tratamos

En esta fase intentamos poner un poco de orden sobre toda la información que se ha manejado en la fase anterior. Consiste en: centrar problema, clasificar y ordenar los temas más importantes para las partes.

El objetivo es ponerse de acuerdo sobre cuáles son los temas que se quieren, solucionar, los puntos que desbloquean la situación.

Una vez establecidos los temas, preguntamos a las partes si esos temas cubren los puntos que queremos tratar para avanzar hacia una solución o hacia una transformación positiva del conflicto y distinguimos cuáles son temas de interés común y cuáles conciernen a una de las partes. Consensuados los temas y organizados por prioridades.


8. Proposición de Alternativas

Se va tratando cada tema de la agenda y se hace una lluvia de ideas, propuestas de arreglo. Se recogen todas las alternativas, sin juzgar, ni seleccionar.
Se pueden utilizar algunos criterios:

- Pedir que generen ideas.
- Buscar que colaboren, que se apoyen en la generación de propuestas.
- Pedir a las partes que digan qué quieren más que qué rechazan.
- Buscar soluciones que son aceptables para ambas partes.
- Distinguir soluciones a corto plazo

En esta fase el mediador a su vez:

- Subraya las áreas que comparten las partes, los puntos de acuerdo.
- Una vez más reconoce los sentimientos asociados a cada punto a través del parafraseo.
- Enfatiza cualquier comentario u acción positiva que una parte realice sobre la otra o que muestre una voluntad de acercamiento. El mediador les dará brillo y relevancia.
- Respeta los silencios y se fija en qué se dice antes y después del silencio.
Una de las preocupaciones permanentes del mediador es dirigir el diálogo en términos de intereses, necesidades y valores y no de posiciones. Algunos elementos que ayudan en esta tarea son:
- Hacer una lista de los intereses, necesidades y valores de cada parte tal y como van apareciendo.
- Reformular posiciones incompatibles explorando a qué intereses responden.
- Señalar intereses comunes.
- Ayudar a pensar en otro tipo de soluciones que puedan satisfacer sus intereses.


9. Hacia el acuerdo: Ensamblaje de las propuestas

Se recogen todas las propuestas elaboradas para cada uno de los temas tratados y se evalúan las posibles dificultades en su puesta en práctica.

La realización de esta técnica de puesta de ideas y soluciones en común es necesaria para que cada una de las partes se vea escuchada y reconocida, lo que se busca es un acuerdo global, no particular de cada uno de sus puntos.


10. Cierre

Una vez ordenadas las ideas, las repasamos una por una y las redactamos.

Cuanto más propio sientan las partes el acuerdo, mayor es la probabilidad de cumplimiento y de una futura reconciliación. El acuerdo debe reunir unas notas características, esto es:

- Es importante que quede bien claro cómo se concreta el acuerdo. Debe responder con la mayor exactitud a preguntas: quién, cuándo, cómo, dónde….
- Todas las partes deben comprometerse en algo.
- Se ha de reflexionar sobre en qué medida lo acordado es realmente factible y qué dificultades puede presentar, lejos de dejarse llevar por la ilusión del convencimiento con el que pueden llegar a este punto.
- Es necesario utilizar un lenguaje que resulte natural a las partes evitando tecnicismos legales.

Por último daremos una copia a cada parte recordándoles que si encuentran cualquier dificultad se pueden volver a reunir para retomar el asunto.


11. Seguimiento

Conviene hacer un seguimiento del acuerdo bien de manera formal o informal.

En algunos casos, que las partes sepan que el equipo mediador va a seguir interesado en el caso ayuda a que se mantengan los compromisos.

A veces no se pueden resolver todos los temas en ese momento y se emplaza para volver a tratar alguno de ellos más adelante. Puede haber puntos esenciales que no se pueden arreglar, pero eso no es obstáculo para que se arreglen otros.

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