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Intervención de otras disciplinas en la mediación familiar

Autor: Marco Martín González


Podemos decir que al tratarse de una alternativa extrajudicial de resolución de conflictos, la mediación ha sido abordada por profesionales provenientes del trabajo social, dada su eminente formación y vocación hacia el servicio social con respecto a los problemas de interrelación y convivencia entre las personas en los más diversos ámbitos, también por profesionales provenientes de la psicología, por tratarse de una disciplina orientada a canalizar los conflictos y las emociones de las personas en conflicto hacia situaciones de aceptación, tolerancia y tranquilidad en la toma de decisiones particularmente importantes en sus vidas.

En el mismo sentido, se ha incorporado la óptica de la sociología que aporta una mirada macro sobre la familia y los cambios que se han producido en su estructura y su relación con el mundo y de cómo ello sustenta a la mediación como una institución imprescindible en la resolución de conflictos intrafamiliares hoy en día.

Abordaremos en este momento de un modo breve la posición o cabida de estas disciplinas en la mediación familiar:


La mediación desde el Trabajo Social

Podemos decir que es una disciplina que trata de sintonizar el área social de su intervención, con las necesidades y características propias de los individuos y su entorno inmediato, la familia. Por tanto, se puede afirmar que la acción de mediar y ayudar a lograr acuerdos entre partes en disputa, se encuentra en la esencia misma del trabajo social.
La mirada desde el Trabajo Social hacia la mediación está condicionada por tres ópticas:

La mediación como fórmula de intervención en conflictos, se encuentra en la matriz del Trabajo Social. El Trabajo Social encuentra su campo de acción como disciplina orientada a la articulación y fortalecimiento de la capacidad de comunicación, entendimiento, negociación y acuerdo entre partes en disputa, en un ejercicio basado en el compromiso, la idoneidad profesional, la libertad de las partes y el respeto mutuo, es decir, la mediación.

El fundamento de base del Trabajo Social hacia la mediación está dado por potenciar en las personas su propia capacidad de resolver los problemas inherentes de la vida en sociedad, evitando llegar a la resolución judicial, especialmente en lo concerniente a conflictos al interior de la familia.

Una segunda óptica del Trabajo Social respecto de la mediación, supone una disposición de la disciplina hacia las personas, no como individuos solitarios sino pertenecientes a un colectivo, una familia, y desde esa perspectiva social es de donde puede abordarse un problema.

Desde la disciplina del Trabajo Social se entiende que no debe ponerse el énfasis en el conflicto sino en las potencialidades y sinergias del individuo como responsable de su propio destino.

El papel del Trabajo Social en este escenario de mediación se basa en ayudar a descubrir esas potencialidades, a destacar y explicitar la fuerza y los recursos que los individuos poseen y que deben volcar hacia el objetivo de hablar un mismo idioma y consensuar acuerdos y decisiones, basados en sus propias lecturas de la realidad y del conflicto, pero orientadas profesionalmente hacia la participación abierta y equitativa de las partes, maximizando la eficacia de las relaciones y los acuerdos.

Una última aproximación desde el TS hacia la mediación, dice relación con la necesidad primordial de un tratamiento multidisciplinario de los conflictos, especialmente los de carácter familiar, dada la inmensa variedad y complejidad de los factores involucrados.

El TS aborda su formación desde una visión integradora y sintetizadora de los conocimientos con la mayor apertura epistemológica disponible para ayudar a comprender y focalizar los puntos irresolutos de una negociación y adoptar las estrategias de intervención pertinentes.

En conclusión, el Trabajo Social tiene como un elemento consustancial a su esencia el manejo de herramientas de negociación y arbitrio entre partes en conflicto como el caso particular de la mediación familiar. El ámbito de la familia constituye el universo más cercano de interrelación de los individuos y por ello es el campo de intervención primordial para detectar origenes y desarrollo de conflictos que devienen separación de pareja. La óptica del Trabajo Social es abierta hacia el resto de las disciplinas e integra en su formación profesional un abordaje interdisciplinario del conflicto y de su administración.


La mediación desde la Sociología

Desde esta perspectiva analítica, la mediación familiar corresponde a una tendencia de la resolución de conflictos íntimamente ligada a las transformaciones de la institución "familia" en las últimas décadas.

Estas transformaciones tienen relación con la disminución observada del número de matrimonios y así como un aumento en la cohabitación, las separaciones y los divorcios. También ha sido detectado un incremento en las familias monoparentales, como también un aumento de familias recompuestas, es decir, hogares en que al menos uno de los miembros tiene pasado matrimonial o de pareja y la custodia de uno o más hijos. Estos cambios provocaron que la familia como institución sufriera importantes modificaciones en una tendencia debilitante.

El desafío de la familia actual estaría dado por la capacidad de garantizar a cada miembro del grupo familiar un espacio donde vivir, y desde el cual desarrollar su autonomía individual por la vía del diálogo y la negociación de acuerdos, cuestión impensable décadas atrás en que las estructuras represivas eran menos flexibles.

Estos espacios dentro de la familia también agregan una dosis de inestabilidad a la institución del matrimonio, la cual ya no se aprecia formalmente como para toda la vida, sino que ahora es posible poner fin a la relación, es decir, el formar una familia con todas las características que ello conlleva, especialmente los hijos, ya no necesariamente pasa por una institucionalidad pública, el matrimonio civil, sino que esa decisión aparece como un asunto de libre elección. Pero se trataría de una libertad en torno a las decisiones de "pareja", no de "familia".

Esta situación ha sido advertida por la ley, de tal forma que han surgido vías alternativas de regulación para solucionar los inherentes conflictos familiares. La mediación, entonces, se orienta hacia la estimulación de la autodeterminación, la comunicación y la responsabilidad personal. La condición fundamental es saber comprender y aceptar las diferencias, respetando los espacios de autonomía y libertad que los miembros de una familia poseen, en la perspectiva de reequilibrar las posiciones y evolucionar hacia otra forma de familia que resguarde las garantías, derechos y deberes para con los demás miembros del núcleo, primordialmente los hijos.

El objetivo que busca el tercero mediador no es ofrecer soluciones a los miembros de la familia en conflicto, sino evidenciar las necesidades de cada cual, priorizar los intereses en juego en la negociación para que las propias partes definan los términos de su acuerdo de la manera más satisfactoria posible. La apuesta es que las personas poseen las herramientas para construir altos grados de consenso en temas delicados y sensibles, sin perder el respeto por su propia historia. Aquí el mediador asume la responsabilidad del proceso, pero no del resultado.

Esta disciplina identifica algunas premisas básicas de la mediación:

- El conflicto puede ser positivo. No debe evitarse, negarse o suprimirse. Debe ser bien administrado.
- Los involucrados en un conflicto desean resolverlo, y es fundamental que negocien los propios implicados.
- La mediación debe considerar la perspectiva futura, de manera que refleje las necesidades de las partes y esté abierta a mecanismos de revisión posteriores.
- Debe separarse claramente desde un principio la conyugalidad y la parentalidad.

Debe quedar claro que la mediación es un espacio de reconocimiento de emociones, no es una terapia de pareja.
En conclusión, la Sociología observa la familia desde una macroóptica que le permite identificar las tendencias de esta institución cultural en la dinámica de los cambios experimentados por la sociedad en las últimas décadas. Las transformaciones de los roles tradicionales al interior de la familia, desde la determinación histórica hacia la autonomía y la autorrealización, así como las modificaciones de la familia a la luz de la nueva sociedad competitiva e individualista, permiten particularizar la relativización del vínculo conyugal, no así del vínculo familiar, el cual se aprecia y valora fuertemente. Allí, la mediación permite la negociación de roles y responsabilidades en procesos conflictivos de mutación de una estructura familiar a otra.


La mediación desde la Psicología

Esta disciplina aborda un nivel de asistencia al conflicto muy específico que dice relación con la interacción entre las partes y la comunicación como dispositivo fundamental de la negociación.

El enfoque de la psicología pone actualmente el énfasis en las potencialidades y competencias psicológicas del individuo orientadas a la explotación de sus propios recursos en la búsqueda de soluciones.

El cambio de perspectiva de parte del psicólogo mediador debe apuntar hacia la planificación de estrategias de intervención, que potencien la actitud activa de las personas en conflicto familiar asumiendo su propio liderazgo en la búsqueda de acuerdos, pero atendiendo a la eliminación de la crisis y pérdida como factor patógeno y a la instalación, como objetivo final, de la reorganización de la nueva estructura familiar, insistiendo en la participación de todos los involucrados, particularmente los hijos.

A modo de conclusión con respecto de la influencia de esta disciplina en el ámbito de la mediación familiar podemos decir que el psicólogo aporta su habilidad para manejar reacciones emocionales y también su capacidad para canalizar el sentimiento de pérdida que acompañan a quienes pasan por experiencias de desavenencia y conflicto de pareja, permitiendo una mayor comprensión a los otros profesionales mediadores acerca de los problemas latentes u ocultos en los individuos o en las parejas y que pueden pasar inadvertidos en una primera aproximación mediadora.6.8 Intervención de otras disciplinas en la mediación familiar.

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